martes, 23 de junio de 2015

SENDA DE VALDOLAYÉS Y RUTA LAS XANAS... (2ª PARTE...)


Día: 18-06-2015.

Lugar: Concejo de Santo Adriano.

Desnivel: 500 m aprox.

Duración total: 4 horas (con múltiples paradas).


2ª Parte… “Ruta las Xanas en descenso”.


Enlace de la primera parte de la ruta:
“Subida a Pedroveya por la Senda de Valdolayés y pasando por Dosango”...


Pues tras llegar a la Iglesia de Pedroveya, inicié el descenso pronunciado en este primer tramo y despidiéndome del entorno de dicha iglesia, así como de su entrada principal.


A mi drcha, en el sentido de la marcha, ya pude observar la zona del desfiladero por la que tendría que ir descendiendo oyendo en todo momento el sonido de las aguas del río de las Xanas.


Último vistazo hacia el promontorio de la iglesia, así como del pueblo de Dosango.


Y despedida tocaba también del monte situado por encima de Dosango.


Tocaba ahora meterme para avanzar por claro itinerario y echando una última mirada a la zona que me esperaba.


En esta primera parte por el interior del bosque, la ruta me iba a llevar a cruzar el primero (puente hormigonado) de los dos puentes por los que tendría que pasar.


Poco después me iba a encontrar con un desvío señalizado y en el que me tendría que dirigir hacia la derecha por un tramo en descenso bastante pendiente y marcado por escalones en los que había que fijarse bastante si uno no quería tener un percance no deseado.


Tras cesar esta fuerte pendiente, el sendero se volvía llano y me iba a obligar a pasar al lado de un molino en ruinas que tengo que reconocer que ni me acordaba de su existencia.


Seguí avanzando y poco después de la zona de este molino, tocaba ya pasar por el segundo puente (de madera), algo más auténtico que el primero para mi gusto.


Seguía por el interior del bosque, alguna decena de metros por encima del río y en un sendero que se dejaba caminar bastante bien.


Por un momento me dio por salirme del sendero en cuestión para intentar fotografiar algo más de cerca el río protagonista del desfiladero, descendiendo entonces hasta el mismo nivel del río donde pude sacar alguna foto de alguna cascada como esta, así como del curso del río que seguía su itinerario con algunas caídas fuertes en esta zona del desfiladero y a la vez perdiendo altura rápidamente respecto al tramo del sendero por el que tendría que seguir transitando.




De nuevo volví al sendero y proseguí con mi marcha metido bastante de lleno en el interior del bosque, el cual impedía los rayos del sol traspasaran el ramaje de los árboles.



Cueva que me encontré a mi derecha en el camino.


El claro y cómodo sendero entre la alta arboleda.


Si a mi izd el río iba encajonado pegando algunas cascadas de cierta altura, a mi derecha en el sendero, iba acompañado de arbustos, matorrales y multitud de helechos que parecían querer inundar el sendero de bajada hasta el coche.


Iba a llegar entonces a la zona más espectacular de la Ruta las Xanas, zona que no debe de tener más de 30 m de separación entre las paredes del desfiladero. De buena razón es considerada esta ruta como la “ruta mini del Cares”.


Cascada que hacía el río y que milagrosamente el ramaje me iba a dejar ver.


Un par de imágenes del sendero transitando en esta parte espectacular de las Xanas y en el que se puede observar como el sendero ve pegado a las paredes de un lado del desfiladero.




Como digo yo…”En esta ruta, la palmas porque te puede caer una piedra por un lado o porque te puedes precipitar al río por el otro”.

Mirada hacia atrás de la zona más estrecha del desfiladero.


Una curiosidad de esta ruta es que hay que pasar por diferentes túneles excavados en la roca, como este primero del día por el que tuve que transitar.


Pero antes de entrar y mirando para atrás, vista del sendero y del río unos cuantos metros más abajo.


Se puede ver que a la mínima que uno vaya distraído, sacando fotos o con más gente, mi opinión es que es al mínimo descuido es bastante fácil caerse.

Esta sensación anterior que digo no la había tenido en las anteriores ocasiones. Quizás sea debido a que en este día, me tomé dicha excursión como amplio reportaje fotográfico para el blog y pude apreciar detalles que las anteriores veces (por ir acompañado y hablando) no los había observado.

¡A pasar por el túnel excavado en la roca…!.


En mi tránsito algún guapo pico cubierto por manto arbóreo aparecía a mi izda.


Iba a llegar a la primera de la zonas donde están puestas unas cuerdas de protección, algo deshilachadas en algunos puntos, pero que pueden ofrecer a los excursionistas una ayuda o una sensación de seguridad en la ruta.

De todas formas, este menda no me fiaría del todo del estado de dichas cuerdas.


Cerca del lugar donde están las anteriores cuerdas, pude apreciar el río bastante por debajo y que seguía encajonado entre las paredes.


En esta foto que sigue (parecida a la anterior) se puede ver dicho encajonamiento del río y un pequeño trozo del sendero, lo que da idea que de pegarse uno un resbalón o de un “pequeño empujón sin intención”, uno se puede precipitar sin problemas “en caída libre” hacia el río con las consecuencias normales para este tipo de caídas.


El sendero seguía pegado a las paredes.


Y más puntos de cuerdas iban apareciendo a mi paso a medida que avanzaba.


Hacia delante el verde seguía inundando toda la zona y este año más que nunca debido al “estupendo” tiempo que hemos tenido en Asturias.


Y mientras tanto, el río seguía su curso unos 50 m70 m por debajo.


Salí entonces a zona algo más abierta, pero zona que seguía inundada completamente por verde

¡Verde a mi izda bajando el mismo a través de una ladera y verde por delante de mí con el río por debajo entre la arboleda!.




El sendero trazaba una curva que me iba a llevar a pasar al lado mismo de la ladera que había visto anteriormente y en el que me iba a encontrar con un tramo bastante plagado de helechos con una cierta altura.




Tras unas decenas de metros caminando por el tramo anterior, el sendero se despegaba de los molestos helechos y me iba a llevar a una zona por la que transitaría de nuevo pegado a la roca.


Mientras tanto en la ladera contraría iba apreciar una curiosa canal por terreno mixto de árboles y hierba.


El sendero y la canal que he mencionado.


Hacía atrás, árboles y más árboles o lo que es lo mismo, verde y más verde.


Por fin el desfiladero se iba a abrir, señal de que ya me estaba acercando al final de la ruta.


El río por abajo y el sendero (ptos rojos) transitando por bastante metros por encima del nivel del agua.


Un par de imágenes con otra guapa canal que me encontré en la ladera de enfrente.




Y hacia atrás las abruptas paredes del desfiladero.


Al poco tiempo ya pude divisar el aparcamiento y localizar el coche en el mismo.

¡Otra vez que me estaba esperando y ya van unas cuantas…!.

Crucé el último túnel excavado, así que ya sabía que ya estaba a pocos centenares de metros de la carretera.

Vista hacia atrás de dicho túnel (el primero que aparece cuando se inicia la ruta como suele estar propuesta en las guías).


Tras descender los metros que me separaban de la carretera, ya dí con la misma y con el inicio marcado de la ruta.


Tras tomar esta última foto, el resto fue descender unos 200 – 300 m hasta el aparcamiento, llegando sin novedad y tras pasar una buena tarde de montaña tras el curro.

Esto fue todo por este día…


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