lunes, 25 de agosto de 2014

PICO TORRES POR LA VIA “TO P´RRIBA”.


Día: 23-08-2014.

Desnivel aproximado: +950 m.

Lugar de salida y llegada: El Fielato (a 5 km del Pto de S. Isidro).

Tiempo: 06h 40 (con numerosas paradas para fotografías y en el 1/3 de subida por la dificultad del terreno resbaladizo).

Comentario:
La idea o mejor dicho la posibilidad de realizar el ascenso al Torres por la ruta descrita en este post se me ocurrió ya hace bastantes años cuando en mis excursiones hacia el Pto de S. Isidro fuera en coche o en subida cicloturista, al llegar a la zona del Mirador de Zubillaga me llamaba la atención una canal herbosa de gran pendiente y la cual parecía inaccesible para mí en aquellos momentos.

En esos momentos se me venía a la mente la posibilidad de meterme por dicha canal (canal que todo hay que decirlo es una de las canales principales por la que escapan los aludes de nieve cuando el Pico Torres está cargado de nieve) y de investigar si tendría una salida clara por su parte superior.

Pero esta idea quedó muy aparcada de mi mente durante todos estos años hasta que finalmente este año y como había mono de volver al Torres, se me vino a la cabeza el intentar ascenderlo por un itinerario un poco diferente a los clásicos, viniéndose entonces a la cabeza la idea de subir por dicha canal al pico.

La idea ya se convertiría en “obsesión” cuando en el mes de Mayo (en la excursión que subí el Pico Chagarello por primera vez) pude apreciar toda la canal en su itinerario de ascenso, itinerario que parecía bastante asequible para el menda, a excepción del primer tercio de subida que la verdad me “acojonaba un poco” (por el desnivel y por el terreno herboso y de matorral que me iba a encontrar).

Y llegó Julio y con este mes, el día en el que iba a intentar subir al Torres por dicha canal, resultando aquel día un día agridulce ya que a cambio de poder transitar por dicha canal en su totalidad, dicho día la “suerte” me iba a hacer perder la cámara de fotos que me había acompañado durante estos últimos años por lo que entonces renuncié ese día a coronar el Torres por esta vertiente (por el bajón que tuve y porque no iba a poder plasmar en fotos la subida a dicho pico en su totalidad desde la carretera).

Ya con nueva cámara, hace unos días y con la clara intención de estudiar, no tanto la subida, sino la “posible bajada que se me había ocurrido”, me acerqué de nuevo al Chagarello para sacar algunas fotos de esta vertiente del Torres y así tenerlas para el día que las pudiera poner en el blog.

Ahora en el presente y después de esta “pequeña introducción”, llegó el 23 de Agosto, día en el que esperaba realizar la excursión ansiada, así que después de levantarme a las 07h 15 y ver que el tiempo no estaba “muy potable” que digamos en la zona de Fuentes de Invierno y volver para la cama, me levanté de nuevo a las 08h 30 y después de ver a través de la Cam que había resol en la estación de esquí de F. Invierno, me decidí a pillar el coche y a intentar hacer la ruta completa y plasmarla en fotos.

Sobre la marcha y ya en el coche, realicé un cambio de planes y decidí dejar el coche en el Fielato, lugar que me parecía “más seguro” que la zona del Mirador de Zubillaga para el vehículo. 
Además se unía a esto que he dicho que si lograba hacer la bajada que tenía pensada, el itinerario de vuelta me dejaría a escasos metros del coche, así que sobre las 10h 05 estaba aparcando en dicho lugar.

Pero antes de empezar a relatar la ruta de este día, presentación del menda en una imagen tomada a la hora de finalizar la ruta, con las pintas que tuvo durante toda la excursión.


El tema de las polainas se me ocurrió en la anterior ascensión realizada en Julio y básicamente era un sistema antiofidios utilicé en la anterior ascensión por esta canal (luego, indagando por internet descubriría que en realidad sí que existen polainas antiofidios…),
Matizar a esto que digo que esta función no sería la única que me proporcionarían estas polainas como comentaré más tarde.

Después de mostrarme con las pintas que llevaría en la ruta, lo siguiente será, digo yo, presentar el itinerario de la ruta a través de una foto de la cara Oeste del pico Torres. (rojo el itinerario de subida, azul la bajada).


La subida la desglosaré dividiéndola en varias partes a través de las fotos…

1ª Parte. “En busca de las primeras redes anti aludes”.

Imagen desde las alturas de esta primera parte.


Pues a las 10h 15 dejé el coche para ir bajando unos 800 m aprox. por la carretera del puerto para llegar al Mirador de Zubillaga y poco antes de llegar al punto donde tendría que dejar la carretera, ya se asomaba la canal desafiándome en sombra dadas las horas que eran todavía.


Al estar en sombra dicha canal y con la certeza de que las hierbas, los matorrales y el piornal iban a estar un poco creciditos dado el verano húmedo que hemos tenido este año, sabía que el terreno en esta primera parte iba a ser un tanto peligrosillo por el tema de lo húmedo y resbaladizo, asunto que se me iba a volver en contra, así que solo tocaba extremar las precauciones para esta primera parte del ascenso.

Dicha canal vista desde la zona del mirador.


¡A por ella!..


Tras sortear la primera red anti aludes, ya me tocaba afrontar la primera rampa de unos 50 m de longitud aprox, rampa que se dejaba superar sin problemas, aunque eso sí, a paso lento.


Llegué a la segunda red y momentos antes de superarla me dio por mirar hacia abajo el tramo inicial recorrido.


Y hacia arriba el siguiente tramo a recorrer.


Después de superar esta segunda red, fui ascendiendo por terreno sumamente resbaladizo por el rocío de la noche anterior, ya que a cada paso que daba, las gotas salpicaban las botas, polainas e incluso las hierbas más altas salpicaban los pantalones, así que poco a poco y con el debido cuidado de no resbalar, fui subiendo buscando el mejor terreno para avanzar en el metro siguiente.

Quizás este fue un poco el error que cometí en esta primera parte de la subida ya que sin apenas darme cuenta me fui desviando hacia la izd de la subida, metiéndome por terreno sumamente pindio y cada vez con hierbas y matorrales más altos.
(Después de un par de veces de haber subido por la canal, creo que la próxima vez la subiré por su lado derecho ya que creo que se sube con más seguridad por dicho lado).

Como digo, me encontré rodeado de matorral alto y un poco a la izd de la canal. Quería salir en busca de terreno más despejado de dicho matorral, pero no lo vi muy factible por el tema seguridad, ya que el tema de descender de culera y apoyando las rodillas y los pies lo veía bastante peligroso, ya que un resbalón y me iba para abajo alguna que otra decena de metros.

La otra opción hubiera sido hacer una pequeña travesía lateral por dicho terreno, pero entonces me iba a tener que enfrentar por terreno con buenísimo desnivel a largas hierbas que tenían una pinta de dejarme caer a la mínima que me apoyara en ellas.

¿Opción que elegí?...¡Fácil, diría yo!…Seguir subiendo por el terreno de matorral, que aunque era bastante incómodo ir poco a poco superándolo, me ofrecía éste más seguridad que la parte derecha que veía según iba subiendo (dicho terreno me proporcionaba agarres que las hierbas no me ofrecían para hacer una travesía lateral), así que al final ascendiendo muy lentamente y con sensación de seguridad, pude superar el terreno de matorral para alcanzar terreno despejado.

Mirando hacia abajo.


2ª Parte. “Alcanzando el nutrido grupo de redes anti aludes de la canal”.

Itinerario de esta segunda parte.


Seguí subiendo, ya con vista unas decenas de metros más arriba a la tercera red que me encontraría en la canal.


El terreno seguía pindio y resbaladizo pero ya se había vuelto “algo más amable” para el avance que el anterior, encontrando incluso algún resto de sendero (supongo que utilizado por los que montaron dichas redes en su momento”).

Vista hacia atrás del Pico Chagarello, (1.650 m, centro imagen) con la zona del mirador (inferior drcha) y el Pico Fuentes (2.022 m, superior izd).


Por fin, ya llegaba a la primera red del nutrido grupo que había en la canal, pensando en dichos momentos que lo peor de la ruta ya había pasado, así que aunque todavía me quedaba mucho para llegar al final de la canal y para llegar a la cumbre del Torres (2.104 m), dicho pensamiento me animaba a continuar sin apenas cansancio a nivel físico.


Pasado ya el tramo con más desnivel de la canal, el resto ya sería ir subiendo “sin prisa pero sin pausa”, aunque eso de sin pausa en esta ruta iba a ser una “quimera” por el tema de estar sacando continuamente la cámara de fotos de la bolsa que llevaba colgada (al final de la ruta me saldrían en total unas 490 fotos de dicha excursión…).

Foto de esta primera red del grupo tras haberla superado y en la que se puede observar el terreno pindio por el que me moví y la inclinación de las red.


Y para arriba, más redes salían a mi paso, las cuales iba a ir superándolas guiado por un estrecho sendero que se iba abriendo paso por el lado izdo de la canal.
Foto de dichas redes antes y después de superarlas.




Un par de detalles de los anclajes de las redes.

En la primera se ve la sujeción propia de la red al terreno y en la segunda la sujeción del poste que sustenta la red, al terreno.




Detalle de la inclinación de la red y de la pendiente del terreno.


Venía ahora la parte trasera del grupo de redes, así que seguí transitando por el senderillo que aparecía y desaparecía por momentos entre la vegetación existente que la verdad no hacía muy dificultoso el avance. A esto se unía que la pendiente ya no era la del comienzo de la subida.

Iba a meterme a transitar por “terreno santo” y digo “santo” porque aquí fue donde perdí en Julio la cámara que tantos años estuvo con el menda en las rutas de montaña.

Varias imágenes de dicho terreno con las redes instaladas.






La última red ya superada.


Había superado ya todas las redes y ya me iba a meter en poco en terreno soleado, cosa que se agradecía, así que aproveché entonces a sacar una foto de las polainas, empapadas por la acción del terreno sobre ellas, así como de las botas también empapadas.


3ª Parte. “Afrontando, si así se puede decir, la parte más cómoda de la canal”.

Imagen del itinerario de esta tercera parte.


Despidiéndome de las redes.


Ya veía el terreno abierto por el que tendría que transitar un buen rato.


Por lo menos ya me iba a meter en terreno soleado, esperando a secar ya que estaba algo empapado de la humedad del terreno verde porque el que había tenido que transitar hasta este momento.

El terreno se dejaba superar sin muchos problemas, a no ser los propios del desnivel que tenía este tramo que venía ahora y  desnivel que hubiera firmado sin dudarlo para la primera parte de la canal.

Tras encontrarme un comité de bienvenida de 3 ó 4 vacas pastando que me iban a recibir, ya salí a este terreno soleado y con vistas cada vez más cercanas al final de la canal.


Vista hacia abajo del terreno que iba superando.


Iba a cruzar la riada de piedras y a subir por su parte izda, dando entonces con un par de construcciones derruidas de piedras que tenían la pinta de haber sido unos corros en sus buenos años.


Y desde dicho lugar ya veía a lo lejos el final de la canal, que para alcanzarla todavía me iba a quedar un buen trecho a patear.


De vez en cuando y mientras iba “haciendo pierna”, echaba la vista hacia atrás para ver el tramo que había superado y para ver también el paisaje que se me presentaba con la carretera del Pto San Isidro y el Pico Nogales (2.074 m) al fondo a la izd.


En mi aproximación a la parte superior de la canal que ya veía bastante cercana, de repente oí el ladrido de unos mastines, señal que alguien estaba merodeando también por el sendero de las caídas del Torres al Valverde, así que me pensé ¡Voy a tener compañía…!.

4ª Parte. “Del Collado Valverde a la cumbre”.

Imagen de esta última parte de la subida.


Sobre la marcha y antes de alcanzar el collado, se me ocurrió ir ya subiendo desviándome a la izd poco a poco para ir ganando altura a través de la ladera tapizada de matorral bajo que se dejaba caminar bastante bien.

Vista de la canal y de esta ladera que acabo de mencionar.


Me preguntaba que por dónde estarían los mastines que había oído, así que cuando vi a lo lejos, unas decenas de metros por encima de donde yo estaba, un rebaño de cabras, más o menos salí de dudas.

A esto se añadía que por encima iba un pequeño grupo de montañeros para subir al Torres por la vertiente que había escogido para esta ocasión, así que ya sabía cuales habían sido los causantes para que los mastines ladraran momentos antes.


Poco antes de dar con el sendero que prácticamente me llevaría hasta la cumbre, resulta que el causante de los siguientes ladridos de los mastines iba a ser el menda, ya que se fueron aproximando hacia mí los perros que guardaban dicho rebaño.

Pero ante mi sorpresa, resulta que aparte de los perros, todo el rebaño vino agrupado hacia mí, pensando yo en estos momentos que las cabras debían haberme confundido con que el menda era su cabrero.

El grupo de cabras aproximándose al menda.


Uno de los mastines que guardaban el ganado.


Esta cabra parecía ser la jefa o la “tonta del grupo” ya que se quedó todo el rato mientras hacía fotos a las otras, mirándome fijamente.


Las cabras estuvieron al lado mismo unos minutos, pero supongo que debieron darse cuenta que se habían equivocado ya que al poco rato se fueron desperdigando poco a poco, así que continué con mi marcha y aproximándome cada vez más al pico.

Cada vez más cerca del objetivo del día y viendo ya el sendero final que me subiría a la cumbre.




Fui ascendiendo tranquilamente, alcanzando entonces a parte del grupo que había visto anteriormente y como había que hacer una pequeña trepada para alcanzar la cumbre, preferí esperar a que el grupo se me adelantara en dicha trepada, viendo los pastos que estaban en la cara Norte del pico.


El grupo a punto de afrontar la trepada.


Mirando hacia atrás de donde había venido (pto rojo) tras caminar en el último cuarto de hora.


La pequeña trepada la realicé sin problemas, llegando a la cumbre tras 3h 30 de mi marcha del coche.

Ante la imposibilidad de tocar prácticamente el vértice y el buzón por la gente que había, me dediqué a sacar algunas fotos de las vistas que me ofrecía el pico.

La primera foto que saqué, a mis pies, fue la zona situada entre el Pico Valverde Medio (1.947 m, izd) y el Pico Valverde Cimero (1.971 m, drcha) y por la que había transitado el grupo que se me había adelantado en la trepada a la cumbre.


Desde la zona cumbrera pude ver el Pico Valverde Cimero (1.971 m) con el itinerario que tenía previsto pillar a la hora de descender hacia el coche.


Zona del Pto S. Isidro (1.520 m) con el Pico Toneo (2.094 m) y su famoso “tubo”.




Muy a lo lejos se veían los Picos de Europa con otras cumbres más próximas al puerto como eran las del Pico Cascayón (1.949 m, izd), El Pico Fornos (1.932 m, centro) y La Peña del Viento (2.000 m, drcha), cumbres éstas en primer término, así como la famosa Pista Wamba.


Vista hacia la ladera norte del pico.


El buzón del Torres (2.104 m) que ni toqué por la aglomeración de gente.


Romería en la cumbre.


En la cumbre debí estar sobre un cuarto de hora, tiempo en el que todavía llegaría algún montañero más acompañado de un perro, así que como para el menda había demasiada gente en dicho lugar y como la niebla parecía querer meterse, decidí emprender el descenso por el mismo itinerario que había utilizado en la subida y con rumbo al Collado Valverde (1.905 m), punto cimero de la canal que había subido.

Cerca del collado Valverde y la niebla queriéndose meter.


Pensaba que la niebla se metería y que me impediría descender por donde había pensado, pero lo mismo que la niebla había aparecido, fue pasar un minuto y ¡Zas…!, desaparecer en el acto, así que parecía que el manto blanco me iba a respetar en dicha ocasión.

Descendí al collado y en el mismo ya no había rastro de las cabras y los mastines, pudiendo apreciar desde el mismo, el siguiente punto al que llegaría en mi descenso, punto en el cual estaban pastando un grupo de vacas, así que a reunirme con ellas me fui.


Descendí por terreno muy cómodo y con buena pendiente hasta reunirme con el ganado vacuno, recibiéndome las mismas con una actitud totalmente indiferente dado el día que hacía.


Desde el lugar de reunión con mis nuevas amigas, vista del descenso realizado y la caliza del Torres asomando a la drcha.


En casa había memorizado si cabe el descenso que tendría que realizar evitando algún espolón rocoso que sobresalía en la cresta, así que cuando vi que había buenas trazas de sendero por dicha zona y que el mismo iba en descenso, ya sabía que el resto de la excursión estaba prácticamente realizada, tardara lo que tardara.

Foto del espolón rocoso del que hablo y el sendero que apareció ante mí, pero el cual no tomé.


En casa había visto el espolón y había observado que era mejor rodearlo por la parte contraria a la del sendero que había aparecido de la nada ante mí, así que eso fue lo que hice, seguí descendiendo tranquilamente y rodeando la roca por su parte drcha.

Pero como tampoco quería ser descortés, me despedí de las vacas inmortalizándolas en una última foto del Torres (2.104 m) y de parte del Pico del Valverde Cimero (1.971 m).


Desde las alturas iba caminando y viendo una buena parte de las cabañas que salpican la subida al puerto.


Aproveché, antes de tomar ya la vertiente opuesta a la de la subida, a sacar una última foto con el tramo final de la canal y el Collado Valverde, así como del Torres (rojo = subida, azul = descenso).
Como nota curiosa de la foto decir que la pendiente que se muestra en la foto de la canal en esta parte final parece mayor de lo que realmente es (hay que poner un poco de épica al reportaje, digo yo…).


Otra foto, un poco más avanzado el descenso, donde se ven mejor las cabañas de alguna foto anterior.


Tras rodear el saliente rocoso por su derecha, di con buenas trazas de sendero, el cual por momentos estaba algo descompuesto pero se dejaba bajar con mucha seguridad.


Tras descender unos 20 ó 30 metros por este sendero descompuesto en parte, di con otro sendero que me salió a la derecha y que tenía toda la pinta de que me iba a conducir por la zona de la cresta en descenso hacia la zona cercana al Fielato.


Un poco de panorámica en el descenso que iba realizando y viendo en todo momento al punto al que quería llegar (rojo).


Poco después de este tramo, empezaba el tramo más espectacular y vistoso del descenso, tramo con buenas vistas a la zona de las canales del Torres por esta parte, así como de la carretera de subida al puerto S. Isidro (muy abajo quedaba el punto de inicio de la canal al borde de la carretera…).


Esto era lo que veía a medida que iba descendiendo y satisfecho porque el descenso me estaba siendo más fácil de lo que había pensado en casa y sobre todo por el disfrute de las vistas a medida que iba perdiendo metros.


Vista hacia atrás de lo que iba descendiendo.


A por el siguiente tramo que en “teoría” no me iba a ofrecer problemas y a por los objetivos que me había marcado en este punto del descenso.


Y como digo, descendiendo y siempre viendo e impresionado por las canales pindias, pindias y con una pinta de que si uno resbalaba por alguna de ellas, tenía una caída asegurada de algunos centenares de metros sin freno alguno.


Iba descendiendo con mucha seguridad, aunque en algún punto me compliqué un poco la vida, como en éste que se ve una vez superado.


Descendía prácticamente por la cresta, pero muchas veces evitando el ir caminando sobre ella, no fuera que me distrajera o pegara un resbalón y desapareciera de ella en un segundo (no hay nada como ver el claro peligro en las rutas para poner remedio al mismo).

En esta foto que sigue si me llego a colocar justo encima de ella y pego un resbalón de medio metro me hubiera ido para abajo seguro (se ve el verde del cresterio y el vacío inmediatamente después).


Aunque siempre suelo bajar bastante seguro y a ritmo de “tortuga con muletas” (todo lo contrario que en las subidas), a veces no pude evitar el complicarme la vida como en este tramo que se ve en la siguiente foto, pero con paciencia y sin prisas solventé el problemilla en el descenso.


Aproveché para sacar una imagen de la pendiente por la que iba bajando y al fondo el Toneo (2.094 m).


Un par de imágenes en el descenso.




Llegué a un punto donde iba abandonar el cresterío ya que de seguir por el mismo, me iba a ir desviando poco a poco de la trayectoria del Fielato, así que pillé este sendero que me iba a llevar por terreno bastante cómodo hasta las pradería que había visto en muchos momentos del descenso.


Vista atrás del descenso con el verde de las canales.


Poco a poco iba descendiendo con la sensación de ir caminando sobre una alfombra.


Iba en busca de un paso que había visto desde arriba y con la intención de descender directamente hacia el coche por una pequeña canal, pero sobre la marcha se me ocurrió pegar un pequeño rodeo, no fuera que con el ganado que estaba viendo abajo pastar, estuvieran algunos mastines esperándome, ya que había oído algún ladrido que otro media hora antes, así que seguí bajando con la intención de llegar al coche por un claro entre el piornal (flecha roja).


Iba descendiendo y cuando llegué a la altura del claro, resulta que un mastín estaba merodeando por allí. 
Parecía que me hubiera leído el pensamiento y me estuviera esperando, así que para intentar ganarme su confianza le empecé a llamar su atención sobre mí (generalmente me ha funcionado el truco éste…) mediante un saludo.
El mastín alzó la vista ante mi saludo lejano y no tengo ni idea de lo que pensaría en ese momento sobre el menda que le estaba hablando, pero el perro pasó olímpicamente de mí, alejándose por un sendero monte arriba y perdiéndole de vista enseguida.

Del claro en el piornal al que había llegado, salía un sendero por donde había bajado el ganado anteriormente y el cual me dejó a escasos metros del coche.


En resumen, guapa ruta a la que le tenía muchas ganas, siendo lo más complicado para mí de la ruta, el primer tercio de subida, sobre todo por las hierbas resbaladizas que me encontré durante dicho tramo.
El resto es tomárselo con paciencia y subir poco a poco sin agobiarse con la subida que todavía queda hasta el Collado Valverde.


En cuanto al descenso no me ofreció apenas problemas, sobre todo después de tener calculado desde casa que iba a tener que descender ladera abajo sin ningún tipo de sendero.